viernes, 12 de septiembre de 2008

CAPÍTULO 4

Debajo de un árbol anaranjado duerme el animal esperando que al atardecer se les antoje a los despachadores despacharle aunque sea un poquito de aquella vieja pero salubre condición de embellecer la negritud nauceambundosa de las colmenas amarronadas y pútridas.

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